Martin Luther King dijo en una ocasión: “No me duelen los actos de
la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena…” Al final de la vida
no seremos juzgados por cuantos diplomas hemos recibido o cuánto dinero hemos
conseguido… Seremos juzgados por: ¡Tuve hambre y me diste de comer, estaba
desnudo y me vestiste, no tenía casa y me hospedaste! “Si tu hermano esta en
necesidad y tú tienes como ayudarlo, decía el apóstol Santiago, no sigas
clamando a Dios por El, tu eres la respuesta para El ¡AYUDALO!” ¡La palabra
“mañana” no existe! Es verdad que tu solo, no puedes cambiar el mundo, pero si
puedes cambiar el mundo de una persona. ¡Si ayudas a alguien a tener
“esperanza” no abras vivido en vano! ¿Quieres saber cuál es el mejor ejercicio
para el corazón? ¡Inclinarse para ayudar a otros a levantarse! Hay realidades
tan terribles que podemos ayudar a remediar… ¡AYUDEMOS HOY! La gente buena
siempre busca la oportunidad de ayudar a los demás, la gente mala siempre
pregunta: ¿Y yo que gano? Con el tiempo, la gente olvidará lo que has dicho,
olvidara lo que hiciste, pero nunca olvidara lo que les hiciste sentir.