Benjamín Franklin decía que: “La felicidad humana generalmente no
se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con
pequeñas cosas que ocurren todos los días”. Cuando disfrutas de las pequeñas
cosas de la vida, te das cuenta de que son las grandes. Oscar Wilde decía: “Con
la libertad, las flores, los libros y la luna, ¿Quién no sería perfectamente
feliz? Las cosas pequeñas son las que mayor felicidad te provocan. Muchas
personas se pierden de las pequeñas alegrías, mientras esperan la gran
felicidad. Para encontrar la verdadera felicidad no necesitas ser rico o poseer
grandes bienes, solo necesitas tener riqueza en tu corazón y llenarlo de cosas
positivas. No dependes de lo que tienes sino de lo que eres, porque la
felicidad es interior y no exterior. También encuentras felicidad cuando haces
pequeñas cosas de una gran manera. “Hay dos maneras de difundir la felicidad, decía
Edith Wharton, ser la luz que brilla o el espejo que la refleja”. ¿Sabías que
miles de velas pueden ser encendidas desde una sola vela? ¿Y que la vida de esa
candela no se acortará? Buda decía que: “La felicidad nunca se acorta al ser
compartida”. Un pequeño abrazo puede secar muchas lágrimas. Una pequeña palabra
llena de amor puede colmarnos de felicidad. Una pequeña sonrisa puede cambiar
al mundo. Pequeñas cosas hechas con mucho amor se convierten en GRANDES.