Un proverbio chino dice que: “No puedes evitar que el pájaro de la
tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera”.
Dicho de otro modo, no puedes evitar que los problemas golpeen a tu puerta, pero
no hay necesidad de ofrecerles una silla. Sin embargo decía Michel de Montaigne
que: “El hombre debe aprender a soportar pacientemente lo que no puede evitar
debidamente”. Todos estamos en movimiento al encuentro de un destino que no
escogimos, pero que no podemos evitar. Los cuerpos moviéndose en el espacio
aceleran cuando se acercan el uno al otro. La convergencia es inevitable porque
aquí en la Tierra, nada deja de moverse. Puedes evitar la realidad pero no
puedes evitar las consecuencias de evitar la realidad. Así que, “Lo que no se
puede evitar, decía Horacio, hay que llevarlo con paciencia”. Las tormentas
hacen que los árboles tengan raíces más profundas. Sea cual sea tu situación, no
apagues la luz de nadie para encender la tuya. Simplemente pídele a Dios día a día
para que tus sueños se cumplan sin tener que lastimar a alguien ¡Solo porque tu
estas lastimado! Decía Emily Dickinson que: “Si puedo evitar que un corazón
sufra, no viviré en vano; si puedo aliviar el dolor en una vida, o sanar una
herida o ayudar a un petirrojo desmayado a encontrar su nido, no viviré en
vano”.