jueves, 22 de junio de 2017

Ni se gana, ni se pierde


En la vida ni se gana ni se pierde, ni se fracasa ni se triunfa. En la vida se aprende, se crece, se descubre; se escribe, borra y reescribe; se hila, se deshila y se vuelve a hilar. Carlos Castañeda dice que: “El espíritu de un guerrero no está orientado a consentirse o quejarse, ni está orientado a ganar o perder. El espíritu de un guerrero solo está orientado a la lucha, y cada lucha la vive como si fuera su última batalla en la tierra”. Luchas ante decepciones de personas que jamás creíste que te decepcionarían y luchas también para perdonar sus errores casi imperdonables. Luchas para intentar sustituir personas insustituibles así como para olvidar personas inolvidables. Luchas cuando lloras oyendo música y viento fotos viejas, así como cuando llamas solo para poder escuchar una voz. Luchas cuando tratas de sonreír sabiendo que no puedes y luchas también cuando llegas a pensar que mueres de tanta tristeza. Es aquí donde aprendes que el que arriesga no pierde nada y que perdiendo también se gana. ¡Si no puedes aceptar perder, no puedes ganar! Dice Walter Riso que: “Si algo escapa de tu control, aprende a perder. ¡Si a perder! Solo nos enseñan a ganar y a persistir como suicidas en potencia. Niégate a triunfar a cualquier costo”. Ganar no te hace el más fuerte ni perder el más malo. Aunque hoy seas el mejor, mañana serás superado y ahí sentirás lo que es ser humillado… ¡Así es la vida!