viernes, 14 de julio de 2017

Paradojas de nuestro tiempo


Hoy tenemos casas más grandes y familias más pequeñas. Más facilidades, pero menos tiempo. Tenemos mayor preparación, pero menos sentido común. Más conocimiento, pero menos discernimiento. Más medicinas, pero menos bienestar. Gastamos demasiado y reímos demasiado poco. Manejamos demasiado rápido y nos enojamos demasiado pronto. Nos acostamos demasiado tarde y leemos demasiado poco. Vemos demasiada televisión y rezamos muy rara vez. Aumentamos nuestras posesiones, pero disminuimos nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos muy poco y mentimos muy a menudo. Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Autopistas más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos más, pero tenemos menos. Compramos más, pero nos divertimos menos. Hemos conquistado el espacio exterior, pero no nuestro interior. Hemos desintegrado el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a correr, pero no a esperar. Tenemos ingresos más altos, pero moral más baja. Construimos más computadoras para manejar más información pero cada vez nos comunicamos menos. Tenemos más cantidad, pero menos calidad. Es tiempo de comidas rápidas pero menos nutrición. Más entretenimiento pero menos diversión. Por eso le propongo, que hoy lea más, siéntese al frente de su casa y admire la vista sin pensar en sus necesidades. La vida está hecha de momentos para disfrutar, no para sobrevivir. Elimine de su vocabulario frases como “en estos días” o “algún día”.