sábado, 5 de agosto de 2017

Los tres ancianos


Una mujer salió de su casa y vio a tres ancianos sentados frente a su jardín. Ella no los conocía y le dijo a su marido: “No creo conocerlos, pero deben tener hambre”.  “Invítalos a pasar” contestò el marido. Entonces la mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa. “Por favor entren a mi casa para que coman algo”. – No podemos entrar a una casa los tres juntos explicaron los viejitos. – ¿Por qué? – quiso saber ella. Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó: – Su nombre es Riqueza. – Luego indicó hacia el otro. Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor. Ahora ve adentro y decide con tu marido a cual de nosotros tres, ustedes desean invitar a vuestra casa. La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz: – ¡Que bueno! Y ya que así es el asunto, entonces invitemos a Riqueza, dejemos que entre y llene nuestra casa de riqueza. Su esposa no estuvo de acuerdo: – Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito? La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo con una idea: – ¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar entonces estaría lleno de amor. – Hagamos caso del consejo de nuestra hija – dijo el esposo a su mujer – Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped. La esposa salió afuera y les preguntó a los tres viejos: – ¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor que venga para que sea nuestro invitado. Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y Éxito: – Yo sólo invite a Amor, ¿por qué ustedes también vienen? Los viejos respondieron juntos: – Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que invitaste a Amor, donde sea que el vaya, nosotros vamos con él. Donde quiera que hay amor, hay también riqueza y éxito.