El 5 de agosto del 2013 se reunieron cientos de personas en Nueva
York para romper el record de cantidad de personas en ropa interior reunidas en
un solo lugar público. El récord anterior lo tiene el estado de Utah el cual
reunió 2270 personas. Pareciera una paradoja: la ropa “interior” ahora se
convierte en “exterior”. Lo que se suponía era algo “íntimo” ahora pasaba a ser
“público”. La modestia y el recato dieron lugar al exhibicionismo y la ostentación
de la privacidad. Este fenómeno se ha extendido como una epidemia en las redes
sociales, donde se desdibuja el límite entre lo privado y lo público, lo íntimo
y lo externo; y en muchas ocasiones, lo recatado y lo escandaloso. En Éxodo 28:
42 Dios dio una instrucción clara respecto a la ropa interior de los
sacerdotes: “Para los sacerdotes deberás hacer calzoncillos de lino para cubrir
su desnudez desde la cintura hasta los muslos”. Caso contrario incurrirían en
falta y morirían. Aunque la desnudez era común entre los sacerdotes
mesopotámicos, estaba prohibida en la práctica sacerdotal israelita. Como “sacerdotes
del pueblo santo” de Dios en la actualidad, Dios nos ha llamado a distinguirnos
del mundo, que habita en tinieblas morales. No corramos tras modas que nos
llevan a mostrar públicamente lo que debemos mantener para nosotros mismos y
nuestro conyugue.