Es indispensable tener una actitud espiritual y una actitud
reverente ante la Palabra inspirada de Dios. No puede ser vista como un libro
interesante y provechoso o un libro más. Pablo dice que: “Los que no son
espirituales (personas naturales) no aceptan las enseñanzas espirituales. Todo
les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque solo los que son espirituales
pueden discernirlas con la ayuda del Espíritu.” 1 Corintios 2: 14. Un cristiano
puede leer grandes porciones de la Biblia con el fin de completar su lectura “en
un año” y obtener poco provecho de esta. Muchos otros se sienten satisfechos de
recibir toda la verdad filtrada a través de la mente de un profesor o de un
ministro de la Palabra y rara vez van al Libro de Libros para un estudio
independiente. Inevitablemente se terminan convirtiendo en simples reflejos de
las opiniones de otros; no están “fundamentados en la verdad”, y están
expuestos a ser “llevados por todo viento de doctrina”. Así como un niño
aprende a alimentarse por sí mismo día tras día, un creyente debe formarse el
hábito de ir diariamente a la fuente original de la verdad espiritual para su nutrición
personal. Muchos errores doctrinales han surgido de la falta de perspectiva
espiritual, o de un punto de vista limitado de la verdad bíblica. Jesús dijo: “El
error de ustedes es el desconocimiento de las Escrituras…” Mateo 22: 29. Estudie
la Palabra al igual que un buzo se sumerge en las profundidades del mar en
busca de perlas. La mayoría de las grandes verdades no se encuentran en la
superficie.