martes, 21 de enero de 2020

Para estudiar la Biblia...

Es indispensable tener una actitud espiritual y una actitud reverente ante la Palabra inspirada de Dios. No puede ser vista como un libro interesante y provechoso o un libro más. Pablo dice que: “Los que no son espirituales (personas naturales) no aceptan las enseñanzas espirituales. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque solo los que son espirituales pueden discernirlas con la ayuda del Espíritu.” 1 Corintios 2: 14. Un cristiano puede leer grandes porciones de la Biblia con el fin de completar su lectura “en un año” y obtener poco provecho de esta. Muchos otros se sienten satisfechos de recibir toda la verdad filtrada a través de la mente de un profesor o de un ministro de la Palabra y rara vez van al Libro de Libros para un estudio independiente. Inevitablemente se terminan convirtiendo en simples reflejos de las opiniones de otros; no están “fundamentados en la verdad”, y están expuestos a ser “llevados por todo viento de doctrina”. Así como un niño aprende a alimentarse por sí mismo día tras día, un creyente debe formarse el hábito de ir diariamente a la fuente original de la verdad espiritual para su nutrición personal. Muchos errores doctrinales han surgido de la falta de perspectiva espiritual, o de un punto de vista limitado de la verdad bíblica. Jesús dijo: “El error de ustedes es el desconocimiento de las Escrituras…” Mateo 22: 29. Estudie la Palabra al igual que un buzo se sumerge en las profundidades del mar en busca de perlas. La mayoría de las grandes verdades no se encuentran en la superficie.