Pocas personas no han jugado con Legos, esos ladrillos plásticos
encajables para construir desde simples figuras geométricas hasta ciudades
enteras en miniatura. Si, LEGO es sinónimo de entretenimiento para niños y
adultos. La marca Lego surgió en el taller de Ole Christiansen, un carpintero
pobre de Billund, Dinamarca. Tras la quiebra de su taller de muebles comenzó a
fabricar juguetes de madera. En 1942 se incendió su taller y producto de esta
nueva crisis vio una oportunidad y se reinventó nuevamente comenzando a
utilizar una máquina moldeadora de plástico, con la que construyó los primeros
prototipos de lego. Su capacidad de reinvención lo convirtió en una de los
fabricantes de juguetes mundialmente más famosos. Afortunadamente tenemos un
Dios a quien le encanta reinventar personas como Moisés que pasó de ser un hombre
tímido a un libertador. De Rahab la prostituta hizo una valiente heroína. De un
grupo de rudos pescadores, Dios conformó un comando evangelista que
transformaría al mundo conocido y convirtió a una despreciada mujer samaritana
en la primera misionera al extranjero. No importa cuántos fracasos acumulaste o
cuan mediocre quieran hacerte creer que eres; lo importante es que los recursos
de Dios para reinventarte no conocen límites.