jueves, 2 de enero de 2020

Monumento a la derrota


Hay que recordar las victorias ya que eso fortalece la autoestima y el orgullo del vencedor. Tal es el caso del Arco del Triunfo, ubicado en Paris y construido entre 1806 y 1836 por Napoleón Bonaparte, para conmemorar la victoria en la batalla de Austerlitz. No obstante, en San Antonio Texas, EEUU hay un monumento a la derrota: El Álamo, un recinto que albergó una antigua misión y que luego fue convertido en fortaleza. Allí se libró la famosa batalla de El Álamo, un conflicto militar crucial en la Revolución de Texas, que consistió un asedio de trece días de duración (23 de febrero al 6 de marzo de 1836) y que enfrentó al ejército de México contra una milicia de secesionistas texanos. Todos los contendientes a favor de Texas murieron, salvo dos, lo que motivo a colonos texanos y aventureros a rebelarse también. Más tarde en 1848, México perdería ese territorio. Todos tenemos un Álamo que nos arranca lágrimas de dolor y tristes recuerdos. Sin embargo, El Álamo también nos recuerda que las derrotas también deben ser registradas; que las derrotas no duran para siempre y que contienen el germen de la victoria. No escuches tus propios desánimos interiores, que rinden culto al “no se puede”. ¡Se un vencedor indiscutible!