domingo, 5 de enero de 2020

Bolsa de Valores


¡Y de repente todo estalló! En octubre de 1929 la Bolsa de Valores de Wall Street, en Nueva York, EEUU, comenzaba a padecer la caída más terrible de su historia. Y se iniciaba así lo que los historiadores llaman “La Gran Depresión”. Luego de esta jornada, el pánico y la desesperación se apoderaron de los comerciantes, los empresarios, los banqueros y los financistas. La crisis duró una década en la cual muchas empresas cerraron y se acentuó la desigualdad social. Aumentaron las tasas de desempleo, así como la inseguridad y criminalidad. Hoy también atravesamos una crisis pronunciada en la “Bolsa de Valores” de la sociedad. Allí, bajó el precio de la Honestidad, del Respeto, de la Solidaridad y de la Mansedumbre. La confusión reina, imperturbable ella. A lo malo llaman bueno y a lo bueno, malo. Todo es relativo. Todo es inmediato. Todo es subjetivo… Conocida como “Crac”, la crisis de 1929 y años subsiguientes se asemeja a nuestros días… Crac, crac, crac… Este mundo cruje por todos lados. Está roto, quebrado, caído. Y el futuro que se avecina no es, precisamente, alentador: Miles de refugiados; calentamiento global, con sus terribles consecuencias; interminables guerrillas civiles internas en diversos países, el auge de enfermedades falta de comida, escasez de agua. Por tanto, cuida e invierte bien tu dinero, trabaja por Él. Y no sacrifiques otros valores, o salud, u horas de sueño, o tiempo para pasar con tu familia. Mantén en alto los valores que aprendiste en la Biblia; nunca negocies sus principios.