sábado, 18 de enero de 2020

Vaso medio vacío

Un conferencista mundialmente reconocido por sus charlas acerca del manejo del estrés, mostró un vaso a medio llenar. Inmediatamente, todos pensaron que consultaría la percepción de la audiencia. ¿Está medio lleno o medio vacío? Pero preguntó: “¿Cuánto pesa este vaso?” Mientras respondían, siguió con el brazo estirado, durante más de cinco minutos. Entonces, afirmó: “No importa cuánta pesa. Lo importante es cuánto tiempo lo sostengo”. Incluso hasta la carga más liviana puede convertirse en una pesadilla si la sostenemos durante mucho tiempo. A veces la carga más difícil de sobrellevar es la que creemos que podemos soportar. Cuando nos vemos sobrepasados, acudimos inmediatamente a Jesús. Pero cuando consideramos que nuestras fuerzas son suficientes, y las dificultades se extienden temporalmente, nuestra mente y nuestro corazón puede atrofiarse queriendo sobrellevar algo que bien podríamos haber compartido con Cristo mucho tiempo antes. Posiblemente, más de un problema te haya desgastado espiritual y emocionalmente. ¿Seguirás cargando tus problemas en soledad o los compartirás con Cristo? “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” Mateo 11: 28. No importa lo grande que es el problema, sino el tiempo que transcurre sin que lo abandones a los pies de Jesús. Puestos los ojos en Jesús, y nuestras cargas en sus manos, ¡La carrera se hace mucho más liviana!