En enero de 1989, Michael “Air” Jordan alcanzaba la marca de diez
mil anotaciones en su quinta temporada. Considerado como el mejor jugador de
básquetbol de todos los tiempos, se destacó por su rapidez, elegancia e
inteligencia. Fanático del trabajo duro afirmó: “Siempre he creído que, si
trabajas, los resultados vendrán solos”. No era triunfalista al reconocer: “He
fallado más de nueve mil tiros en mi carrera. He perdido casi trescientos
partidos. Veintiséis veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el
partido, y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida, y es por eso
que tengo éxito”. En la Biblia, tenemos el ejemplo de grandes hombres de fe
que, a pesar de “fracasar” una y otra vez, prosiguieron sin claudicar en sus convicciones.
Tal es el caso de José quien repentinamente pasó de ser el niño mimado de la
casa a convertirse en un esclavo en tierra extraña. Y cuando todo parecía
favorable en la casa de su amo Potifar fue culpado injustamente y enviado al
calabozo. Firme a sus convicciones y con una conducta intachable decide
intentarlo nuevamente. Después de fracasar, perder, sufrir y trabajar y
trabajar llegó el éxito: pasó a ser el segundo del imperio más poderoso de la
Tierra. ¿Estás cansado de intentarlo una y otra vez? Sigue confiando en Dios,
no dejes de intentarlo y cuando llegue el momento del éxito, reconoce que es
Dios quien te ha puesto allí.