Escudriñar, del verbo latín “scrutiniari”, es indagar en forma
profunda, revolviendo y recortando lo innecesario y adentrándose a las raíces
de un tema para llegar a descubrir cosas o verdades no reveladas. ¡Para
escudriñar se necesita tener curiosidad e interés! Dada la importancia que la
Escritura tiene para la vida cristiana, siempre ha sido una seria preocupación
de la Iglesia el tener un texto sagrado que ofrezca las máximas garantías de
fiabilidad; es una triste realidad constante el mal uso que se ha hecho de la
Biblia, pudiéndose afirmar que no hay un hereje en la Historia que no se haya
apoyado en la Sagrada Escritura para defender sus errores. Desde la Biblia “conocida”
más antigua del mundo (Codex Sinaiticus, IV a. D. escritos en griego antiguo y
que contienen gran parte del Antiguo Testamento y el Nuevo completo) hasta
nuestros días, se han realizado muchas versiones de la Biblia. ¿Cuál elegir? En
primer lugar, no existe una versión oficial. Tenemos versiones y traducciones
confiables. Los idiomas originales de la Biblia son lejanos a nuestro tiempo y
cultura lo cual dificulta la traducción y su interpretación. Unas versiones son
fieles al texto bíblico y otras son más interpretativas. Un estudiante sabio de
la Biblia no se basa solo en una versión ni un tipo de versión. Compara,
analiza, e investiga profundamente, para concluir mejor que expresa el texto bíblico.
Estudia la Palabra de Dios, Léela en diferentes versiones y crece
espiritualmente.