Las cruzadas fueron una serie de guerras religiosas impulsadas por
la iglesia católica durante la Edad Media. Dichas campañas tenían como objetivos
entre otros, implementar el cristianismo e incluso suprimir por la fuerza,
movimientos contra el poder de la Iglesia. Musulmanes y judíos fueron
perseguidos y masacrados “en una guerra por el Señor” tal es el caso de 800
judíos en Alemania en mayo de 1096. Otro caso de fanatismo religioso sucedió en
1533 con la condena a muerte de Miguel Servet, activo participante de la
Reforma Protestante, cuyos puntos de vista contrarios provocaron que fuese
sometido a juicio por el Consejo de la Ciudad y las Iglesias Reformadas bajo
influencia de Juan Calvino. Los protestantes que se oponían a la persecución de
las personas por razones de fe, ahora se colocaban la capucha de verdugo
enviando a Servet a la hoguera. Lo anterior demuestra que es un error creer que
la religión se puede imponer. Si Dios otorgó libre albedrío, al ser humano, ¿Quiénes
somos, como criaturas, para imponer alguna religión? Una relación de amor entre
Dios y sus criaturas es la elección, pues la imposición es contraria al amor.
Otro gran error es utilizar la Biblia para perseguir y matar así como nunca
será feliz una unión entre iglesia y Estado en tiempos cristianos.