Como parte de un grupo familiar, laboral, eclesial, etc., usted
camina con dos cubetas. Una cubeta contiene agua y la otra contiene gasolina.
Continuamente verá pequeños incendios, al que podrá echarle agua o gasolina al
fuego. ¡Será su decisión! Gandhi decía que: “No hay caminos para la paz, la paz
es el camino”. Trata siempre de acercarte a las personas que te hagan sentir
bien, que aporten paz, armonía y alegría. Aléjate de aquellas que son negativas
y te causan dolor. Deja ir a personas que solo llegan para compartir quejas,
problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca
un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente. Teniendo más
malicia que la madre Teresa de Calcuta, uno debería creer que este tipo de
gente la está pasando mal, están sufriendo o son inconformes con su vida. Tal
vez sus agresiones sean un reflejo de su frustración por desear algo que tienen
otros y ellos no. Es triste vivir así… la ira, la envidia y el resentimiento
son enfermedades emocionales corrosivas. Cuando una persona está en armonía consigo
misma, puede estar bien con los demás ¡Nunca es al revés! Vivir en armonía con
el universo, es vivir lleno de alegría, amor y abundancia. Cuando encuentras la
paz dentro de ti mismo, te conviertes en el tipo de persona que puede vivir en
paz con otros. San Pablo dijo: “Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto
puedan para vivir en paz con todos”. Una
persona amable trata a los demás, como le gustaría que la trataran.