miércoles, 14 de febrero de 2018

Nada es lo mismo



Hay momentos en los que, miras atrás, y no sabes exactamente que pasó. Solo sabes que, desde que pasó nada volvió a ser lo mismo que antes. Ya no es lo mismo de ayer, nada es igual ni el sentimiento. Solo queda esa sensación de no ser nada y no amar nada, que al final es lo mismo… De repente te das cuenta de que todo ha terminado y que por más que te esfuerces ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo. ¿Hicimos mal en juntarnos? ¿Hicimos mal en rompernos? Lo único que queda es aceptar el hecho de que ciertas cosas nunca van a volver a ser como eran antes. ¿Lo peor? ¡Fingir que no te importa! ¡Fingir que no le quieres y que no le piensas! ¡Fingir que no le extrañas y que no quieres dormir a su lado!  Fingir que aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo tiempo que es mejor decir que no pasa nada.  Fingir que una palabra no dice nada cuando al mismo tiempo lo esconde todo. Igual que el viento esconde el agua, igual que el lodo esconde las flores. Fingir que una mirada no dice nada cuando al mismo tiempo lo dice todo. Todo, nada ¡No hay diferencia! No sé si “eso… fue todo” o “todo… fue eso”. Lo que si se es que desde entonces “Nada es lo mismo”.