¡Maldito el hombre que se atreve a hablar mal de una mujer! Lo hace
notar lo poco caballero que es. Porque un verdadero hombre respeta a la mujer y
jamás habla mal de ella, sin importar lo que ella exprese de Él. Nada es más
triste que ver a un hombre actuando de esta manera. ¿Por qué exponerla y
exhibirla frente a extraños que no tienen relación alguna? ¿Cómo llamar “puta”
a una mujer que una vez llamó “Princesa”? ¿Acaso olvida que él tiene una madre
a la cual no le gustaría que la trataran tan despectivamente? Cuando escucho a
un tipo con expresiones tan soeces para una dama solo se me ocurre una cosa:
¡Que inteligente la mujer que lo dejó! No es de caballeros hablar mal de una mujer
a la que una vez besó y amó. Eso es una gran cobardía y no lo hace más hombre
¡Al contrario! Es el primer paso para dejar de serlo y todo cuanto diga será una
opinión no un hecho ¿Será que todavía le importa? Muchos que se creen el “sexo
fuerte” se olvidan que la elegancia de un hombre está en la seriedad de su
boca. También están aquellos que hablan mal de una mujer ¡Solo porque no la
pudieron tener! Es increíble lo que les cuesta superar un “NO”. El salmista decía:
“¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien? ¡El
que guarda su lengua del mal y sus labios de hablar engaño!” Cuando creas que
hablar de una mujer te hace más hombre, mejor mide tus palabras, porque si te midiéramos
otra cosa, nos pondríamos a llorar ¡O a reír!