Todos nosotros ejercemos influencia continuamente, ya sea para
sanar o para bendecir, para dejar marcas de belleza o para lastimar, para
herir, para envenenar, para manchar otras vidas. Para quien de verdad busca la
paz, no hay excusa en la beligerancia de los demás. La paz nunca podrá mantenerse
por la fuerza; solo puede lograrse con comprensión. Y no basta con hablar de
paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla. La responsabilidad
individual es bastante clara ya que la atmósfera de la paz debe ser creada
dentro de uno mismo, entonces se podrá crear en la familia y luego en la
comunidad. Desmond Tutu dijo: “Si deseas la paz, no hables con tus amigos,
habla con tus enemigos” ¡La paz es la única batalla que vale la pena librar! Y
el arma más poderosa que puedes ser, es ser un instrumento de paz. El salmista dijo:
“Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela”. La ley primera y
fundamental de la naturaleza es buscar la paz ¡Cuando tienes paz en tu mente,
obtienes salud en tu cuerpo! Si cultivas tu paz interior, te conviertes en el
tipo de persona que puede vivir en paz con todos y transmitirás tranquilidad al
resto del mundo. Le propongo un reto: “Usted no habrá vivido el día de hoy
hasta que haya hecho algo por alguien que nunca podrá pagarle”.