lunes, 19 de febrero de 2018

Madurez



En la madurez el cauce se transforma en una corriente de paz que se mueve lentamente hacia esa infinita grandeza que es el final de todos los viajes y a donde van a parar todos los ríos: el mar. Ya no hay carreras, nerviosismos, competencias, prisas, luchas ni duelos a muerte. Nuestro sitio está en el palco, no en el ruedo. Pensé que cuando mis amigos decían “Viene algo mejor”, se trataba de una persona, nunca imaginé que era mi madurez, independencia y plenitud. Cierto… a mis lozanías va a seguir el invierno: ¡Más tu vida no me dijiste que mayo fuese eterno! Definitivamente lo que íbamos a ser ya lo somos. Y lo que no íbamos a ser, ya no lo fuimos… ni lo seremos. No a estas alturas… ¿Entonces, para que preocuparnos? Sin embargo, ningún poder en la tierra podrá arrancarte lo que has vivido ¡Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan! La muerte esta tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja ¡Entonces vive! Porque una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja. ¡No tengas miedo a morir, ten miedo a no vivir! Que cosa extraña es el hombre: Nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere.