El presente es lo más valioso que tenemos, deja de posponer, de
esperar el momento adecuado. Actúa y comienza ya. La voluntad necesaria para
cumplir un propósito se basa en nuestra disposición, convencimiento y determinación,
para realmente cubrir esa distancia entre el deseo y la acción. Posponer las
cosas las hace parecer aún más difíciles de resolver. Dale Carnegie decía que: “Una
de las cosas más trágicas que conozco sobre la naturaleza humana es que todos
tendemos a posponer la vida. Todos estamos soñando con algo mágico como un jardín
de rosas en el horizonte, en vez de disfrutar de las rosas que florecen fuera
de nuestras ventanas hoy”. La felicidad no es algo que se pospone para el
futuro, sino que es algo que se diseñó para el presente. Vivimos nuestras vidas
postergando todo lo que se puede posponer, tal vez porque ilusamente tenemos la
creencia de que somos inmortales o de que las cosas se hacen solas. Aquel que pospone la hora de vivir como si no
le importara, es como el campesino que espera que el rio pase antes de cruzar,
pero ocurre que pasa y pasa y seguirá pasando para siempre. Posponiendo siempre
las cosas para después algún día nos daremos cuenta que “después” ya no existe.
Un día despertarás y descubrirás que no tienes más tiempo para hacer las cosas
que soñabas ¡El momento es ahora!