No vale la pena sufrir, por alguien que no se deja querer… Y no es
que una se vuelva fría, es que con el tiempo se aprende a querer a las personas
de forma proporcional a como la quieren a una. Entonces se deja de querer
despacio, de desilusión, de tristeza en tristeza. Frida Kahlo decía que: “Madurar
es aprender a querer bonito, extrañar en silencio, recordar sin rencores y
olvidar despacito”. Y no se trata, como dijiste de que: “Ya nadie quiere a
nadie” ¡Eres tú el que no se deja querer! No se trata de querer tenerte a mi
lado, se trata de que tú quieras estarlo sin que yo te lo pida. En mi caso,
nunca me arrepentiré de quererte, aunque no lo merezcas porque he querido tan
pocas veces que cuando lo hice sé que fui sincera. Nunca olvides que una mujer
puede amar tanto como si nunca fuera a irse, pero puede llegar el día en que se
vaya como si nunca hubiera amado. En la vida no se quiere a quien se quiere
querer, sino a quien sin querer, se quiere. Mas si te empeñas en querer a
alguien que no te quiere, tarde o temprano terminarás queriendo nunca haberlo
conocido. “Cuando el odio se reprime, decía Havelock Ellis, el odio ocupa su
lugar”. Si un día me llegas a extrañar, recuerda que fuiste tú quien me dejó ir
¡Nunca te dejé de querer, solo deje de insistir! Te dejé de molestar… No te dejé
de querer, aprendí a vivir sin ti. Porque…. ¿Cómo se deja de querer lo que se empezó
a querer sin querer?