Ante el mundo hay sólo hay dos actitudes: o miedo o amor. Ambas
son las dos poderosas energías que mueven al mundo. “¿Qué es el amor? La
ausencia del miedo- dijo el maestro. ¿Y que es a lo que tenemos miedo? Al amor
–respondió el maestro”. Todos los problemas tiene la misma raíz: El miedo. El
miedo desaparece gracias al amor, pero el amor nos da miedo. El amor ahuyenta
al miedo y, recíprocamente, el miedo ahuyenta al amor. Muchas personas tienen temen
al amor, a enamorarse o a estar enamorado. En su caso… ella no tiene miedo a
enamorarse, mucho menos pretensiones de huir del amor. Lo suyo por ahora, no es
más que una tregua con su corazón por conservar la salud emocional. No tiene
miedo de empezar de nuevo. Tiene miedo de que le ocurra otra vez lo mismo. No
es el miedo a enamorarse, es el miedo a salir lastimada. Para ella el amor es
la soledad de ser uno, la alegría de ser dos, y el miedo de ser tres… No es el
miedo al amor, es el miedo a las personas que no saben amar. “Síguelo”,
gritaron cuerpo y alma al unísono… Pero tuvo miedo de amarlo con locura, de
abrir sus heridas, que suelen sangrar. Con mucha sed de ternura y cerrando sus
ojos, lo dejó pasar… “No sé si me olvidará, no sé si es amor este miedo, yo
solo sé que se irá, yo solo sé que me quedo…”