El hombre que nos rodea a millares, el que prospera y se reproduce en el
silencio y en la tiniebla, ese es el mediocre. ¡El que piensa con la cabeza de
los demás, cuando el original aspira a pensar con la propia! El mediocre carece
de iniciativa y mira siempre al pasado como si tuviera ojos en la nuca. Un
mediocre es el que dijo: “Siempre quise ser alguien, pero debí haber sido más específico”.
El que aspira a ser águila debe mirar lejos y volar alto; el que se resigna a
arrastrarse como gusano renuncia al derecho de protestar si lo aplastan. Cohelo
dijo: “Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina. Es mortal”. Aprovecha
el verano de la vida, es decir, cuando las fuerzas, energías y posibilidades
son las mejores y no hagas lo que los demás hacen ¡Has lo que los demás quisieran
hacer y no se atreven! Pobre de aquel esclavo que ama sus cadenas. Por eso el ruiseñor se niega a anidar en la jaula, para
que la esclavitud no sea el destino de su cría.