domingo, 18 de junio de 2017

Abuelo


Abuelo, escápate un ratito del cielo y ven a abrazarme… por favor. Cuanta falta me hace tu apoyo, tu preocupación por mí, tus historias y tus buenos momentos. Me quedé con las ganas de decirte ¡Cuánto te echo de menos! Sé que me quisiste como a nadie y que siempre estuviste dispuesto a dar todo lo que tenías sin mirar el precio. Extraño tanto la plata de tu pelo y el oro de tu corazón. Extraño tu mano acariciando mi rostro… lo único que hoy roza mi cara es una lágrima por tu recuerdo. Abuelito, escápate del cielo un ratito y dame un abrazo fuerte ¡Lo necesito tanto! Haría lo que fuera por escuchar una sola vez más una de tus miles de historias. Alguien dijo que como Dios no podía estar en todas partes, creo a los abuelos, seguramente ¡El mejor invento del mundo! Aunque no me hayas dado la vida, querido abuelo, me enseñaste a vivirla. Nunca me llegaré a acostumbrar a tu partida de este mundo. Me tranquiliza que tuviste una vida larga y feliz y que la disfrutaste al máximo. ¡Sí! Ya sé que no te gusta verme triste… Solo me consuela el hecho de que yo tengo allá arriba entre las estrellas, alguien que nunca olvidare. Sonrío al recordar aquella vez que te pregunté por que el cielo era tan azul. Y tú contestaste –Porque para hacerte feliz, mi niño, me trague todas las nubes negras. Abuelo, escápate un ratito del cielo y ven a abrazarme… por favor.