domingo, 18 de junio de 2017

Gratitud


Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma. Cuando la gratitud es absoluta las palabras sobran… Sonrió, no porque mi vida es perfecta, sino porque aprecio lo que he recibido, lo que tengo y todo lo que aún está por llegar. ¿Sabías que cuanto más agradeces  las cosas buenas que hay en tu vida, más cosas buenas que agradecer se manifiestan? “La gratitud, decía Cicerón, es la madre de todas las virtudes”. Agradezco a Dios todos los días por la dicha de poder decir que hay a mi lado gente maravillosa que me apoya sin yo decir una sola palabra… Nunca es demasiado el agradecimiento, a quien no te ha abandonado en tus peores momentos, a aquellas personas que hacen mi carcajada más sonora, mi sonrisa más brillante y mi vida mejor. Gracias a todos los que he conocido y olvidado, a los que me conocieron y me olvidaron. Gracias a los que recordamos y nos recuerdan, a los que amamos y ya no… Gracias a los que aún nos saludan cuando los vemos, aunque ya no nos hablemos. ¡Gracias por hacerme sonreír y tocar mi corazón incluso a la distancia! No soy perfecto, al contrario, soy una persona que comete muchos errores, por eso aprecio a los que se quedan conmigo después de saber cómo soy… Todos ellos me han dado alguna lección de vida y me han ayudado a esforzarme a ser valiente para seguir con fe. Agradezco y amo a quienes han ayudado a mi crecimiento, por eso cada vez que bebo, recuerdo la fuente…