domingo, 9 de diciembre de 2018

Dedicación de niños


“Y le presentaban niños a Jesús para que los tocase; … Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.” Marcos 10: 13 – 16. En las Sagradas Escrituras no hay ninguna enseñanza ni ejemplos que autoricen el bautismo de los niños. El candidato al bautismo debe haberse arrepentido de sus pecados y haber creído en Jesucristo según Hechos 2: 38 y 8: 36 – 37. Ahora, lo que si nos enseña la Biblia es la presentación y dedicación pública de los niños a Dios cuyo propósito es ayudar a los padres a apreciar la responsabilidad de instruir al niño (a) en los caminos del Señor, para que cuando tenga uso de razón, elija el bien sobre el mal y acepte a Jesucristo como su Salvador y Maestro. Dios tiene un propósito para la vida de este niño (a). Encontrar ese propósito y llevarlo a cabo significará el éxito; rechazarlo o pasarlo por alto significará el fracaso. A la misma vez la iglesia se compromete, en cuanto le sea posible, a instruir a este niño (a) en su ley y en su santa voluntad. En un acto solemne, los padres responden algunas preguntas: Delante de Dios y de estos testigos, ¿prometen ustedes criar a esta criatura en el temor del Señor? ¿Prometen instruirlo (a) para que conozca a Cristo como su Salvador personal? ¿Prometen criar a este niño (a) en la práctica diaria de la oración, y ayudarle a formar el carácter cristiano, y a hacer todo lo que esté a su alcance para crear en su hogar un ambiente de devoción a Dios? “Por cuanto ustedes han prometido delante de Dios y de esta congregación dedicar este niño (a) a Dios, y lo han afirmado con sus propias palabras, los exhortamos a que se dediquen a esta sagrada obligación con sabiduría, perseverancia y santa devoción.” (Nombre del niño), te dedicamos a Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Que el Señor te fortalezca todos los días de tu vida. Amén.