Me siento impotente porque llevo mucho tiempo esperando las flores
de semillas que aún no han florecido. Me mata por dentro, pero tengo que actuar
como si todo estuviera bien. Siento un nudo en la garganta y unas ganas de
llorar cuando siento la imposibilidad de cambiar lo que no puedo. Se lo que hay
que hacer cuando no hay nada que decir. Pero no sé lo que hay que hacer cuando
los sentimientos se arremolinan dentro ¡Entonces se me acumula todo y exploto!
Dicen que las peores lágrimas son las de la impotencia, así como amarga es la
espera. La espera se convierte en insomnio, en nostalgia, en error, en duda, en
tristeza... ¡Y te cansas! Te cansas de luchar con lo mismo, porque cada vez que
lo intentas, sucede algo que te hace desistir. Lo vuelves a intentar, pero…
siempre te falta algo. Intentas hacer lo mejor, pero no tienes éxito. ¿Será que
mi problema es no saber reconocer la derrota? Hay batallas que no pueden
ganarse. Harry Houdini dijo una vez: “Estoy cansado de luchar. Creo que esta
cosa me va a vencer”. Cierto es que no hay que rendirse, pero ¿Cuánto tiempo
llevo luchando? Estoy tan cansado que cada paso nuevo que doy es un castigo. Lo
he intentado todo, he luchado con valor, pero tal vez ha llegado el momento de
dejarlo ya, ¡Dejar de castigarme y entender que “Querer" no siempre es “poder”! No
tiene sentido aguantar una mala situación cuando no hay nada que hacer para
mejorarlo.