miércoles, 19 de diciembre de 2018

Lo inevitable


Todos tenemos problemas y eso es inevitable, pero la forma en que los abordemos es lo que nos hace diferentes. Ahora, no estamos en este mundo para corregir nuestras deformaciones, si no para acostumbrarnos a ellas. El verdadero problema es la incapacidad de reconocerlas y aceptarlas. Al igual que todos los seres humanos tenemos un modo peculiar de andar, de sentir, de pensar y de ver las cosas y por más que intentemos corregirlas, jamás lo conseguiremos. Alguien dijo una vez: “La muerte y yo firmamos un pacto. Ni ella me persigue, ni yo le huyo a ella. Simplemente algún día nos encontraremos”. Todo tiene su razón de ser por lo que la tragedia no existe, sino lo inevitable. Solo necesitas distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo. Y aunque el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Debemos entender que es imposible evitar lo inevitable y que una manera segura de llegar al desastre es retrasar lo inevitable. En una ocasión el discípulo preguntó: “Maestro, ¿Cuál es el secreto de tu serenidad? – Cooperar incondicionalmente con lo inevitable”. La vida puede acabar en cualquier momento. No sabes cuál será tu última fotografía o tu última sonrisa. Por eso hay que disfrutar cada día. Si no es ahora, entonces ¿Cuándo? La vida está llena de “Después”, de “Luegos”. Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez…