En la quilla de los barcos se colocan maderos perpendiculares y velas
que se suspenden de ellos y cuyo peso soportan; aguantándolas por sí mismos ya
haga sol y un clima maravilloso, o estén inmersos en la peor de las tempestades
con lluvia, viento y olas. De la misma manera una persona debe hacer frente a
las responsabilidades que acarrean sus acciones. Recuerda que toda acción tiene
consecuencias positivas y negativas. Al reconocer ambos lados uno acaba siendo
responsable y realista de sus actos. Cada uno es responsable de lo que le
sucede y tiene el poder de decidir lo que quiere ser. Lo que eres hoy es el
resultado de tus decisiones y elecciones en el pasado. Lo que seas mañana será
consecuencia de tus actos de hoy. ¡Eres libre de tus actos, pero no de sus
consecuencias! No culpes a los demás por tu situación; eres lo que eres por decisión
tuya. Estás donde has elegido estar. Eres responsable cuando tomas decisiones
conscientemente, cuando estás dispuesto a rendir cuentas por tus actos ante
alguien y, sobre todo, cuando aprendes de ellos. Todo iría mejor si cada uno
tuviera en cuenta el efecto que sus actos tienen sobre los demás. ¿Bueno o
malo? ¡Que cada palo aguante su vela!