Salomón dijo: “No niegues la AYUDA al que la NECESITE, siempre que
esté en tus manos darla”. ¿Pero qué hacer con aquel que no se deja ayudar? No
dejarse ayudar por quien se preocupa por ti, no es más que un estúpido signo de
orgullo. ¡No hay nada peor como estar mal y no dejarse ayudar! A veces, hay que
dejarse ayudar, para poder ver el sol, para no caer en la tempestad, para poder
descubrir nuestro rumbo, para destapar nuestro camino, para seguir adelante. Es
mejor dejarse ayudar por alguien que tiene más experiencia, que ser testarudos
y pensar que lo podemos hacer todo solos. Observa, escucha y aprende. No puedes
saberlo todo. Todo el que piensa que lo sabe todo está destinado a la
mediocridad. Discutir con alguien que cree que lo sabe todo, es como darle medicina
a un muerto. John D. Rockefeller dijo: “Prefiero contratar a un hombre con
entusiasmo, que un hombre que lo sabe todo”. Se necesita más gente con
criterio, que no se avergüence de reconocer que no sabe algo o de que se ha
equivocado. Nunca tengas la cabeza tan alta que te la puedan cortar. Aprende a
ser lo suficientemente humilde para evitar que la arrogancia te ciegue.
Ayudarse a uno mismo empieza por dejarse ayudar. Pedir ayuda y saberla recibir
no te hace pequeño, es en la humildad en donde se encuentra la grandeza del ser
humano.