jueves, 6 de diciembre de 2018

La más bella creación


Cuando creé los cielos y la tierra les hablé de existir. Cuando creé al hombre, lo formé y soplé vida en su ser. Pero a ti, mujer, te formé después de haber soplado el aliento de vida al hombre, porque tu interior es muy delicado. Permití que un profundo sueño se apoderara de Él para poder crearte paciente y perfectamente. El hombre fue puesto a dormir para que no interfiriera con la creatividad.  Te formé de un hueso, elegí el hueso que protege la vida del hombre, elegí la costilla que protege su corazón e interior y lo yergue y apoya, como tú debes hacer. Te formé a partir de este hueso, te moldeé, te formé bella y perfectamente. Tus características son como las de la costilla, fuerte pero delicada y frágil, provees protección para el órgano más delicado del hombre, su corazón. Su corazón es el centro de su ser, su interior contiene el aliento de vida, la caja formada por la costilla se quebrará antes de permitir que se dañe el corazón. Sostén al hombre como la caja de costillas sostiene al cuerpo. No vienes de sus pies, para estar por debajo de él, no fuiste tomada de su cabeza, para estar por encima de él, fuiste tomada de su costado para estar a su lado y ser mantenida muy cerca de él. Así que, mujer: apoya al hombre, en humildad, muéstrale el poder de la emoción que te he dado, en suave quietud muéstrale tu fortaleza, en el amor muéstrale que eres la costilla que protege su interior.