jueves, 6 de diciembre de 2018

Un niño nos es nacido


En un momento de gran oscuridad, según Isaías 9, Dios prometió enviar una Luz. Un futuro esperanzador que se cumplió con el nacimiento de Cristo y el establecimiento de su reino eterno. Emanuel (Isaías 7:14) que traducido es “Dios con nosotros” sería el nombre propio de simbolismo mesiánico aplicado a Jesús en su nacimiento. El nombre de Dios es un misterio más allá del entendimiento y demasiado maravilloso para imaginarlo y podemos observarlo en sus atributos (Isaías 9: 6 – 7) (a) ADMIRABLE: Excepcional, maravilloso, sublime, sin par. Indica que debemos reverenciar el admirable nombre de Dios debido a que simboliza su naturaleza, persona y reputación. Es lamentable que el nombre de Dios se usa tan a menudo en conversaciones vulgares, que hemos perdido de vista su santidad. (b) CONSEJERO: Refleja que Dios nos da una ayuda de emergencia en tiempos de crisis y quiere ser nuestro guía a través de nuestra vida. (c) DIOS FUERTE: Omnipotente, poderoso, héroe y triunfador infinito de su pueblo, el guerrero divino que ha triunfado sobre el pecado y la muerte. (d) PADRE ETERNO: Sin límite de tiempo, protector. «Eterno» significa «presente en todas partes»; el Señor posee los atributos de eternidad y omnipresencia. (e) PRINCIPE DE PAZ: Sanidad, bienestar y prosperidad. Hay paz con Dios y entre los hombres por medio de Jesús, una paz que sobrepasa todo entendimiento humano.