Génesis 6 revela la principal razón por la cual Dios vio que era
necesario traer juicio sobre el mundo: ¡Toda la tierra estaba corrompida y
llena de violencia! Dios se entristeció porque la gente eligió el pecado y la
muerte en lugar de tener relación con Él. Pero Noé era el único que todavía
manifestaba madurez y vivía en santidad e integridad. Dios le revela el plan
que tenía para tratar con el mundo perverso y le dio instrucciones para
construir un arca para que su familia y distintas especies fuesen preservadas.
Noé desarrolló el plan de construcción, predicación y preparación durante más
de cien años y no permitió que las circunstancias y la oposición de los que lo rodeaban
le hicieran desistir de la tarea. Los principales elementos del diluvio fueron
las lluvias torrenciales y de un surgimiento de aguas terrestres que llegaron a
subir 15 codos (8,57 mts) más alto que el monte Everest (8880 mts) en Nepal,
Asia. Los ocupantes del arca permanecieron 371 días dentro de ella. Cumplido el
tiempo previsto Noé sale del arca y mira la desolación ocasionada por el
diluvio y su primera acción consistió en ofrecer un sacrificio de
agradecimiento a Dios por haberles preservado. El acto de Noé fue tan agradable
que Dios determinó no volver jamás a traer diluvio para destruir al mundo
sellando su pacto con una señal visible: un arco en las nubes. Hoy vemos que
las tormentas del juicio de Dios ya se están formando de manera amenazante
sobre el mundo, pero todavía se ve el arco iris en las nubes, lo cual habla de
la gracia y el amor de Dios.