La vida no consiste simplemente en vivir, disfrutar placeres o
adquirir bienes. ¿Sabías que la felicidad radica, ante todo, en la salud? ¡Dame
Dios salud y dinero a quien lo quisiere! La salud es el regalo más grande. Gozar
de buena salud es el mejor motivo para considerarte una persona feliz. Debes
cuidar y proteger tu salud porque ella no tiene precio. Es la unidad que da
valor a todos los ceros de la vida. Es riqueza real y no piezas de oro y plata.
Hipócrates decía que: “Un hombre sabio debería darse cuenta de que la salud es
su posición más valiosa”. El hombre más pobre no se separaría de su salud a
cambio de dinero, pero el hombre más rico daría con gusto toda su fortuna a
cambio de la salud. Como decía mi abuela: ¿Para qué confites en el infierno? ¡Ironías
de la vida! El hombre pierde la salud para junta dinero, y pierde el dinero
para recuperar la salud. Tal vez dirás que la salud no lo es todo, pero sin
ella, todo lo demás es nada. La mayor de las locuras es sacrificar la salud por
cualquier otro tipo de vanagloria de la vida. El que arriesga su salud es un
necio y muchas veces la enfermedad es la venganza de la naturaleza por la violación
de sus leyes. No valoramos nuestra salud cuando la tenemos, pero al final la
terminamos valorando cuando ya no la tenemos. Tu cuerpo es tu compañero de
vida. Cuídalo, escúchalo y atiéndelo. ¡Es el único lugar que tienes para vivir!