Cuando lees y
analizas la siguiente frase: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene
la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda”. ¿Dónde pondrías la coma? Si usted
es una mujer que conoce su valía, con toda seguridad colocaría la coma después de
la palabra “mujer”. En cambio, un hombre cualquiera colocaría la coma después de
la palabra “tiene”. De ahí la importancia del uso correcto de la coma pues
puede cambiar el sentido de una frase. Julio Cortázar escribía: “La coma, esa
puerta giratoria del pensamiento”. Una coma puede ser una pausa: “No, espere/No
espere”. Una coma puede hacer desaparecer el dinero: “25,5/2,55”. Puede crear héroes: “Eso solo, El lo resuelve/Eso,
solo El lo resuelve”. Puede ser la solución:
“Vamos a perder, poco se resolvió/Vamos a perder poco, se resolvió”. Cambia una
opinión: “No queremos saber/No, queremos saber”. Una coma puede condenar o
salvar: “No tenga clemencia/No, tenga clemencia”. ¡Una coma hace la diferencia
entre dos puntos de vista! Veamos este ultimo ejemplo: “Cual es una palabra de 4
letras que tiene 3 aunque se escribe con 6 mientras tiene 8 raramente consta de
9 y nunca se escribe con cinco. No busques fuera lo que está dentro. ¡Solo
tienes que pensar diferente!