En 1843 el británico Charles Dickens escribió un libro que relata
a un hombre extorsionador y avaro llamado Ebenezer Scrooge y su transformación tras
ser visitado por una serie de espíritus en Nochebuena. La obra se encuentra
ambientada en una época de avaricia, desigualdades sociales, egoísmo,
remordimiento y esperanza. Cualquier parecido a nuestra época, es mera
coincidencia… La fortuna de Scrooge no le servía de nada, porque con ella ¡No
ayudaba a nadie! Tampoco El la disfrutaba… ¡Le gustaba la oscuridad por lo
barata que salía! El más fuerte aguacero, la nieve y el granizo solo podían jactarse
de aventajarle en un solo aspecto: En que muchas veces caían en abundancia, mientras
Scrooge no lo hacía jamás. Día a día arrastraba las cadenas que forjaba en su
vida y que el mismo había construido, eslabón a eslabón, metro a metro. Se la había
ceñido por su propia voluntad y cargado con ella de forma voluntaria. Ninguna fuente
de calor podía calentarle y ningún frio invernal escalofriarle hasta que la
visita de los fantasmas del pasado, presente y futuro le demostraron que los
caminos seguidos por los hombres hacen prever los finales que conducen si
perseveran en ellos. Pero si se apartan de esos caminos, los finales habrán de
cambiar…