San Pablo dijo en una ocasión: “No se asocien con aquellos que no
creen. ¿Qué armonía puede haber entre un creyente y un no creyente?”. Si un pez
se enamora de un pajarito… ¿En dónde construirán su nido? El yugo desigual no
tiene relación con credos distintos. Es un asunto de sentido común expresado
por Moisés: “Cuando trabajen un campo, no deben arar con un buey y un burro
juntos”. La razón por la cual los bueyes deben ser de la misma fuerza es porque
las líneas hechas en el suelo tienen que ser rectas, parejas y profundas. Una
ayuda idónea y perfecta solo se puede encontrar en alguien con el mismo nivel
espiritual, porque si no, en las decisiones diarias como pareja… uno se basará
en la voluntad de Dios y el otro en su propia voluntad. Nadie puede reclamar el
amor de otra persona a menos que se lo pida primeramente a Dios. Jamás podrás convencer
a Dios con tus buenas intenciones, con tu dinero o dañando a otros para el
logro de tu objetivo. Tarde o temprano los llamados distintos, las vocaciones
incompatibles, los diferentes proyectos de vida y grados de compromiso darán al
traste con la relación. Ahora tú, ¡Si tú!… ¿Cómo es posible que sabes lo que
puede suceder y aun así quieres intentarlo? ¡Es obvio lo que va a pasar! Antes
de alejarte de Dios, aléjate primero de quien te separa de El ¡Enamórate de
quien te empuje más a Dios!