Sin darnos cuenta, cada día somos nómadas inconscientes, que
vagamos entre los pensamientos de la gente. En mi caso, para algunas personas soy
su peor error, para otras soy un ejemplo, un regalo, un apetito, una añoranza,
una fantasía, una necesidad, un deseo, una envidia, una nostalgia. Otras personas
me catalogan como si fuera un objeto, y otros me etiquetan como si fuera una mercadería.
Están los que me juzgan como si fuera un reo y los que me acusan como si fueran
mis fiscales. También existen los que me enmarcan y tratan de definirme como si
fuera un cuadro. ¿Quieres de verdad saber quién soy? Soy las manos de mi
abuelo, las lágrimas de mi madre, la fuerza de mi padre… No soy sólo yo… Soy la
suma de todos aquellos que han tocado mi vida de tantas maneras. Yo no suprimo
nada en mi vida. Todo, cada pequeña cosa que me ocurre me ha hecho quien soy
ahora. Las cosas bellas me han enseñado a amar la vida y las cosas malas a
saber cómo vivir. No soy quien quisiera ser, ni soy el que debería ser. No soy
lo que los demás creen que soy porque no todo aquel que me mira puede verme, ni
todo el que cree conocerme sabe quién soy. La vista atrás me ayuda a recordar
quien soy, la mirada al frente hacia donde voy. ¿Quién soy? Aún estoy tratando
de averiguarlo. Sin embargo, me declaro en paz con el ser que yo soy, me abro a
la honra de mi vida. Agradezco todo lo que he vivido en ella y omito calificar
cada situación como negativa o positiva. ¡Mi vida es mi vida! Ahhh y se me
olvidaba… También soy una maravilla como ex… No fastidio, no extraño y jamás en
sus vidas vuelven a saber de mí…