Cuando no entiendas lo que está pasando en tu vida, cierra los
ojos, respira hondo y di: “Solo le pido a Dios que los tiempos que vengan sean
mejores, que me de la fuerza para cambiar todo lo que me afecta, que me dé
ganas de seguir luchando por lo que quiero y que con su amor llene todos mis vacíos.
No le pido a Dios que la vida sea buena conmigo. Solo le pido a Dios que pueda
seguir llorando, pero también me quiera seguir levantando. Que ría, gane,
pierda, me traicionen, me amen, me mientan; pero con la certeza de que podré
seguir. Hoy aprendí que las cosas son cuando tienen que ser. Que el dar todo no
significa que lo recibirás todo. Solo le pido a Dios que me enseñe mañana tanto
o más de lo que aprendí hoy… Solo le pido a Dios que mis ojos vean lo mejor de
la gente. Que mi corazón perdone, que mi mente olvide lo malo, que pueda
ejercitar la paciencia para comprender y esperar y que me dé la serenidad para
aceptar las cosas que no puedo cambiar. Yo no pido riquezas ni grandes cosas.
Solo le pido a Dios salud, fortaleza, su bendición y una oportunidad para
seguir adelante. En un mundo donde todos somos pecadores y los errores se pagan
con sufrimiento… Solo le pido a Dios que me dé la sabiduría para descubrir lo
correcto, la voluntad para elegirlo, el deseo para hacer que perdure y la fe
para continuar…"