martes, 6 de noviembre de 2018

No ha nacido


Usted sabe mi nombre, pero no mi historia. Ha oído lo que dicen que he hecho, pero no por lo que he pasado. Sabe dónde estoy, pero no sabe de dónde vengo. Me ve riendo, pero no sabe lo que he sufrido. Así que le pido que deje de juzgarme, porque saber mi nombre no implica conocerme. Yo conozco muy bien mi propia historia, por lo tanto, soy el único que puedo juzgarme, criticarme y aplaudirme cuando yo quiera. Así que, si usted no sabe todo por lo que he pasado, ni lo que hice, no se atreva a juzgarme. No ha nacido… quien pueda juzgar mis errores, mucho menos si no puede juzgar los suyos propios. No me hace sentir mal quien dice cosas malas de mi como si me conociera. ¡Los perros ladran cuando no conocen a las personas! Si me conociera primero, se sorprendería. No ha nacido… quien pueda hablar acerca de aquellas cosas que no ha visto ni le consta. Debería asegurarse primero de tener sus manos limpias. Cuando quiera le presto mis zapatos, ya que solo así entendería mi comportamiento. No ha nacido… quien defina quien soy o como soy. No le permito a nadie que cuestione mis decisiones sino conoce mis razones. ¡Busque la verdad antes de lastimar! Si yo no soy nadie para juzgarle ¿Quién es usted para juzgarme? No suponga, no de nada por hecho, si tiene duda… ¿Por qué no pregunta? Suponer e inventar cosas a partir de medias verdades solo envenenan su alma. Avíseme cuando quiera preguntarle al lobo la otra mitad de la historia y no se quede solo con el cuento de la Caperucita Roja, tierna y desvalida. Que le quede claro… No ha nacido quien me diga que elegir o que rechazar. Eso lo hare en función de mi persona. ¡Fin del tema!