Si hay algo que
está destinado a suceder, sucederá… ¡No lo fuerces! Solo deja que suceda. Sólo
porque no está sucediendo ahora, no significa que no va a suceder. Se paciente,
cariño. Porque la vida toma el tiempo adecuado para que sucedan las cosas
correctas. Lo que sucede, sucede, pero sólo sucede lo que puede suceder. Si
algo está destinado a suceder, no tienes que perseguirlo… ¡Ese algo te perseguirá
a ti! No importa el tiempo, ni la distancia, si es voluntad de Dios, sucederá.
Si es tu destino, sucederá. ¡Presionar al destino solo genera dolor! El hecho
de que dos personas estén destinadas a encontrarse no quiere decir que estén
destinadas a estar juntas. Lo peor de todo es que si te niegas a aceptarlo, tú serás
la persona que más afectada salga en esa lucha. Detente, espera y libérate de
la ansiedad… por extraño que parezca, el destino siempre halla la forma de que
acabemos justo donde pertenecemos. Henri Frederic Amiel dijo: “El destino tiene
dos formas de aplastarnos: rechazando nuestros deseos o cumpliéndolos”. Lo que
ha de ser siempre encuentra una forma única, mágica y maravillosa para
manifestarse. Solo debes pensar bien y hacer el bien, y lo que tenga que
suceder, sucederá. Y si sucede, pues ya veremos…