viernes, 16 de noviembre de 2018

¿Explicaciones?

A ver, a ver, a ver, ¡Organicémonos! ¿Dónde dice que debes dar explicaciones cuando no le debes nada a nadie? Primero que nada, debes aprender a distinguir quien merece una explicación, quien merece sólo una respuesta y quien no merece absolutamente nada. Los besos, la confianza y las explicaciones no se le dan a cualquiera. ¡Deja de dar explicaciones de tu vida! Tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen, quien te quiere no te las pedirá y al resto… no le importa. Si ganas la guerra, no necesitas tener que dar explicaciones. Si pierdes, no deberías estar allí para explicar nada. Dostoyevsky dijo: “No nos olvidemos de que las causas de las acciones humanas suelen ser inconmensurablemente más complejas y variadas que nuestras explicaciones posteriores sobre ellas”. Por más explicaciones que das, al final, la gente entiende lo que quiere entender y lo que le conviene. ¡Hay gente que ve el azúcar como si fuera sal! No hay nada más aburrido para un niño que tener que darles una y otra vez explicaciones a las personas mayores por temas, que estos últimos, no pueden comprender por si solos. No pierdas tu tiempo en dar explicaciones, principalmente a quien ni se molesta en escucharte. ¡Explicación no pedida, culpabilidad manifiesta! Isaac Newton decía: “Vive tu vida como una exclamación en lugar de una explicación”. Las explicaciones no ayudan a seguir adelante, al igual que un caballo salvaje, es nuestra voluntad de seguir adelante… ¡Vive y deja vivir!