A ver, a ver, a ver, ¡Organicémonos! ¿Dónde dice que debes dar
explicaciones cuando no le debes nada a nadie? Primero que nada, debes aprender
a distinguir quien merece una explicación, quien merece sólo una respuesta y
quien no merece absolutamente nada. Los besos, la confianza y las explicaciones
no se le dan a cualquiera. ¡Deja de dar explicaciones de tu vida! Tus amigos no
las necesitan, tus enemigos no las creen, quien te quiere no te las pedirá y al
resto… no le importa. Si ganas la guerra, no necesitas tener que dar explicaciones.
Si pierdes, no deberías estar allí para explicar nada. Dostoyevsky dijo: “No
nos olvidemos de que las causas de las acciones humanas suelen ser
inconmensurablemente más complejas y variadas que nuestras explicaciones
posteriores sobre ellas”. Por más explicaciones que das, al final, la gente
entiende lo que quiere entender y lo que le conviene. ¡Hay gente que ve el azúcar
como si fuera sal! No hay nada más aburrido para un niño que tener que darles
una y otra vez explicaciones a las personas mayores por temas, que estos
últimos, no pueden comprender por si solos. No pierdas tu tiempo en dar
explicaciones, principalmente a quien ni se molesta en escucharte. ¡Explicación
no pedida, culpabilidad manifiesta! Isaac Newton decía: “Vive tu vida como una exclamación
en lugar de una explicación”. Las explicaciones no ayudan a seguir adelante, al
igual que un caballo salvaje, es nuestra voluntad de seguir adelante… ¡Vive y deja
vivir!