Maquiavelo decía: “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que
aparentamos”. Solo tú y yo sabemos lo que somos… ¿Qué somos? Somos dos almas
que se encontraron después de millones de años, una poesía escrita en el
viento, la melodía silente que solo nuestros corazones escuchan, la caricia
invisible de la felicidad. Somos el beso que nadie entiende, el latido más
fuerte del amor, aquello que no se cuenta, se vive. Somos un instante que nos
alegra la vida, la sonrisa que se lleva en la mirada. Somos dos locos con camisa
de fuerza en cada abrazo, somos un suspiro que inquieta los días, que calma la
noche. Somos intensos como el sol, brillantes como la luna, somos la historia
que hará eco en la eternidad. ¡Cuando nos tomamos de la mano, somos todo! Somos
aquellos que se aman por lo que somos, o, mejor dicho, a pesar de lo que somos…
Somos la felicidad interior que, a diferencia de la exterior, no depende de lo
que tenemos, sino de lo que somos. ¿Qué somos? Tres puntos suspensivos… cuestión
de tiempo. ¡No sé qué somos! Pero no dejemos de serlo… Si nos tenemos vida mía,
que más nos puede importar lo que digan los demás… Ellos solo tratan de
entender, pero a veces no se trata de entender, sino de sentir… Y si fingimos
lo que somos, pues seamos lo que fingimos…