miércoles, 10 de enero de 2018

Condena hacia el olvido


Usted es quien decide si va a permitir que algo le preocupe. Usted puede, con la misma facilidad, elegir o no prestar atención a quien lo irrita u ofende, y considerar el asunto como algo trivial e indigno de su interés. Aquello ante lo cual usted no reacciona no podrá involucrarlo en una contienda estéril. La mejor lección que usted puede dar a un irritante mosquito es condenarlo al olvido, ignorándolo. Tarde o temprano, ese molesto insecto desaparecerá o morirá solo. Si usted desperdicia tiempo y energía en “luchas menores”, la culpa será suya. En marzo de 1916 Pancho Villa y un puñado de forajidos atacaron el poblado de Columbus, Nuevo México, EEUU matando a 17 estadounidenses. El presidente Wilson ordenó una captura que al final resultó infructuosa y en la que destinó más de 123 mil soldados norteamericanos durante varios meses. Fue un constante juego del gato y el ratón en la cual Villa fue admirado por eludir a una fuerza tan superior. En una ocasión Pancho Villa dijo: “Al gobierno norteamericano le costó 130 millones de dólares tratar de capturarme. Los obligué a recorrer terreno árido y montañoso. A veces no encontraban ni una gota de agua en cien kilómetros. Solo encontraban sol y mosquitos… ¡Y no ganaron nada!” A veces, al tratar de arreglar un problema, se crea otro. En lugar de centrar la atención en un problema y agravarlo mediante la difusión de cuanta preocupación y ansiedad está causando, no se digne siquiera a reconocer la existencia de dicho problema. Una pequeña herida es dolorosa e irritante y usted intenta tratarla con todo tipo de medicamentos. Luego se queja y el médico no hace sino que empeorarla, y transformar esa pequeña herida en un asunto de gravedad. Ojala hubiese dejado la herida en paz, para que el tiempo la curara y usted se librara de la preocupación.