viernes, 19 de enero de 2018

Deseada y no sobrada


Somos animales sociales, y los gustos y deseos de otras personas ejercen inmensa influencia en nosotros. Imagina una reunión concurrida. Ves a una chica sola, con quien nadie platica ni por error, sentada sola y sin compañía. ¿Por qué esta sola? ¿Por qué la evitan? Hasta que alguien se compadezca e inicie una conversación con ella, parecerá indeseada. Pero a la par, una mujer está rodeada de gran número de personas. Ríen de sus comentarios, y al hacerlo, otros se suman al grupo, atraídos por su regocijo. Cuando ella cambia de lugar, la gente la sigue. Su rostro resplandece a causa de la atención que recibe. ¡Tiene que haber una razón!  En realidad no hay ninguna razón en absoluto. La deseabilidad es una ilusión social y no tiene que ver con lo que digas o hagas para jactarte o auto promocionarte. ¡Es la sensación de que otras personas te desean! Recuerda que la gente hace su percepción de manera inconsciente y ve lo que quiere ver. El deseo es imitativo (Nos gusta lo que les gusta a otros) así como competitivo (Queremos quitarles a otros lo que tienen) como el niño que pelea con otro por un juguete. Por tanto, debes hacer que los demás te vean como una persona a la que otras aprecian y codician. Despliega atractivos atributos: humor, vivacidad, una rara pero adorable cualidad, etc. Haz que la gente compita por tu atención, que te vean como alguien a quien todos persiguen.