Nunca demuestre tener prisa, ya que el apuro delata una falta de
control sobre el tiempo y sobre su propio accionar. Muéstrese siempre paciente
y conviértase en especialista en el arte de detectar el momento oportuno para
cada cosa. Descubra el espíritu de los tiempos actuales y aprenda a mantenerse
a la expectativa cuando el momento propicio no haya llegado, y a golpear con
fuerza cuando la oportunidad le sea propicia. Plutarco decía que: “El tiempo es
un buen amigo y aliado para quienes utilizan la inteligencia y eligen el
momento adecuado, pero un peligroso enemigo para quienes se precipitan a la
acción en el momento equivocado”. Vivimos tiempos convulsionados en los cuales
es vital dominar el arte del momento oportuno. ¿Cómo lograrlo? Primero es de
crucial importancia reconocer el espíritu de la época, o sea adecuarse a los
tiempos y saber leer entre líneas lo que yace oculto y latente. En segundo
lugar, reconocer en qué dirección sopla el viento lo cual no necesariamente
significa que hay que tomar ese rumbo. Y por último utilice la paciencia como
su espada y su escudo. Cada vez que se encuentre en una posición débil, espere
con paciencia su momento. ¡Tarde o temprano el tiempo terminara siendo su
aliado! Reconozca el momento para ocultarse en el pasto o esconderse debajo de
una piedra, así como el momento adecuado para mostrar los colmillos y atacar. Napoleón
Bonaparte decía: “El espacio se puede recuperar; el tiempo, jamás”.