jueves, 18 de enero de 2018

Seduccion III


Lo que lo hace endemoniadamente atractivo es su habilidad para coquetearla. Tiene la facilidad de retardar la satisfacción a través del distanciamiento, orquestando en ella un vaivén entre esperanza y frustración. Él sabe que entre más la persiga, más probablemente la ahuyente. Demasiada atención puede ser interesante un rato, pero pronto se vuelve empalagoso, y al final claustrofóbico y alarmante. ¡El no comete errores! Como otros ilusos que consideran que su persistente presencia es tranquilizadora. Por eso, a veces se muestra frio y se ausenta sin motivo manteniéndola fuera de balance, sorprendida e intrigada. Ella se ha vuelto como su sombra, sabe que si la persigue terminará huyendo, pero si le da la espalda ella lo seguirá.  ¡Él ha aprendido que una alta autoestima es asombrosamente seductora! La baja autoestima repele, la seguridad y autosuficiencia atraen. El no habla mucho acerca de Él, porque que esto es anti seductor, no revela autosuficiencia, sino inseguridad. Esto lo vuelve enigmático, misterioso, difícil de descifrar. A esto debemos añadirle que no es celoso porque esto atentaría contra su imagen de fundamental autosuficiencia ¡Pero si es experto en causar celos! ¿Y lo mejor o peor de todo? Es que no discute, no pelea, no se queja ni fastidia. ¿Qué podría ser más seductor? (Continuará…)