Primero debes saber que no soy un príncipe de un cuento de hadas. ¡Soy
un hombre perfectamente imperfecto! Sin embargo puedo ser tu complemento
imperfecto. Aunque de antemano te digo que no siempre pensaremos lo mismo, ni concordarán
nuestras ideas. Tal vez prefieras ver el sol por la tarde, y yo ame ver de
noche las estrellas. Puede que te guste la calma y yo por el contrario prefiera
el desorden y el peligro. Mario Vargas Llosa decía: “Nunca digas que amas a
alguien si nunca has visto su ira, sus malos hábitos, sus creencias absurdas y
sus contradicciones”. ¿Estas dispuesta a enamorarte de un hombre como yo, con
un perfecto cúmulo de imperfecciones? Debes saber que si perdiera un solo
defecto dejaría de ser perfecto. Ahora, si yo fuera perfecto ¿A quién podría querer?
¿Y quién me querría a mí? ¡Me alegro de no serlo! La perfección es un ideal que
como seres humanos nunca llegaremos a alcanzar, porque, nosotros mismos somos
imperfectos. Como humano imperfecto no puedo prometer que no te haré daño
alguna vez… lo siento. Lo que sí puedo prometerte es hacerte escandalosamente feliz
aunque sea maravillosamente imperfecto. No hay duda que somos completamente
distintos, pero sí de locura se trata en eso somos iguales los dos. Somos un
par de locos, un par de locos tratando de encajar por amor. ¿Te atreves?