La sensación de
que alguien es más inteligente que nosotros es casi intolerable y justificamos esa
diferencia de distintas maneras: “Solo es una persona muy leída”. “Sus padres tenían
dinero como para darle una buena educación. Si mis padres hubiesen sido ricos,
yo no tendría nada que envidiarle…” “Podrá saber mucho más que yo sobre su
especialidad, pero, más allá de eso, no es nada inteligente. Hasta Einstein era
de inteligencia mediocre cuando actuaba fuera del campo especifico de la física”.
Aparentar inteligencia es fundamental para la vanidad de la mayoría de la gente
por lo que constituye un pecado imperdonable insultar su capacidad intelectual.
Es importante desempeñar el papel de profesor cuando sea necesario, pero nunca
adoptar tal actitud con el único objetivo de lucirse. Baltasar Gracián dijo:
“Hay circunstancias en las que la máxima sabiduría consiste en parecer
ignorante; no es que deba ser ignorante, sino tener la capacidad de fingir
ignorancia”. Es mejor hacer creer a los demás que son más inteligentes y más
sofisticados que usted. Ellos buscaran conservar su cercanía porque usted los
hace sentirse mejor. “Usted debería saber que los tontos son cien veces más
reacios a juntarse con los sabios, decía Schopenhauer, que los sabios a aceptar
la compañía de los tontos”. Los chinos suelen decir: “Disfrázate de cerdo para
matar al tigre”. Este dicho hace referencia a una antigua técnica de caza, según
la cual el cazador se viste con la piel y la trompa de un cerdo e imita el
gruñido de ese animal. El poderoso tigre piensa que lo que viene hacia él es un
cerdo y le permite acercarse, saboreando por anticipado la perspectiva de cazar
una presa tan fácil. Pero el que termina riendo último es el cazador. Disfrazarse
de cerdo permite obtener milagros de quienes, como los tigres, son arrogantes y
altivos.